sábado, 1 de noviembre de 2025

El Duelo del Día de los Muertos - pt.II

 

 
Pienso demasiado.

Analizo demasiado.

Siento demasiado.

De aquellos que dan mil vueltas hasta encontrarle sentido a algo, incluso cuando algo no lo tiene. Incluso cuando ese algo no debería existir.

Si es que hay un algo.

Porque todos los días lo dudo. Lo pongo a prueba. Lo calibro en miles de instrumentos. Porque no se ve. No se nota. No se puede percibir. No tiene color ni forma. Está oculto en la niebla, en las nubes de tu cabeza y en los ratones que dejan la ausencia. Así se siente. Es que simplemente, a veces niego con la cabeza con mucha desaprobación. Le pregunto a todo. Al destino, a la luna, a la lluvia, al hilo conductor que unos une, se estira, se retuerce y se tensa. Pero jamás se quiebra De ese que temo que algún día se rompa. De ese con cual fantaseo con ahorcarme, pero no sin matarte y llevarte conmigo.

Juntos hasta la muerte.

Es extraño como todo coincidió ahí. Esa risita y luego desaparecer. Entonces justamente, esa mañana lloré, como si estuviera buscando la excusa para hacerlo. Quizás yo estaba más listo para romperme que para recibir. No quería nada. Ni un puto mensaje. Supongo que era temporal. Bueno, pero basta de las mierdas temporales. Ustedes, son unos superficiales de mierda. Pero llega un momento que ya es suficiente para un alma alienígena como la mía, cuando caí estrepitosamente a las garras de la incertidumbre. Cuando sentí la presencia detrás de mi hombro y no tenía lugar en ese momento para predecir exactamente cuándo, pero que iba a suceder. A ustedes, no les gusta eso. Es demasiado, pero así se siente transformarse. El dolor persistente de que llega la hora, pero no te vas, y se posterga, lo que hace que la vida se convierta en un martirio eterno. En lecciones duras pero muy dolorosas las cuales no regresas entero.

Ahí viene la muerte. Ahí viene la muerte.

Bueno, era final de año, pensé. Tendría que ser lo lógico, pero no había lógica. Me parecía terrible. O tal vez yo sólo ya quería partir. Siempre soñé con el apagón total del alma. Pero partir sin saber qué será de mi amor, me preguntaba. Eso me retenía. Había demasiadas preguntas. Y ahora esto. Una traición terrible, porque fue ese mismo día, ese jodido día. Seguro que me dirán que no es coincidencia. Todo por la culpa de una mujer, sí, de otra mujer. Pero las mismas palabras, acciones, mecanismos, pero diferente rostro con ese pelo que en algún momento fue un rojo furioso, estaba desteñido y malgastado. La maldije internamente, toda la semana. El odio ferviente. Tuve que detener todo. Iba a quemar mis lienzos. Cavar dos tumbas. Una para ella y otra para un profesor que mató mis sueños.

Oh, como quisiera que nos llegara la hora a ambos al mismo tiempo.

Sin embargo, ¿cómo saber si estabas muerto? ¿cómo saber que todo lo escrito hasta ahora ya no valdrá la pena, sin significado y sólo quedaré yo envuelto en humo y cenizas? Que seremos un recuerdo como dos fantasmas del pasado cubiertos por la nieve. ¿Necesito decirlo? ¿Tengo que gritarlo? ¿Es necesario aclararlo? Nada me da certezas. Jamás las tuve. Nunca nadie me las dio. Siempre tambaleándome sin poder caer del todo y ahora tu silencio se convierte en castigo. El mundo es un lugar peligroso y triste, ¿sabes? como para que alguien me hiciera esto... es muy terrible si tan sólo conocieras mi historia, porque siempre he hablado con un amigo imaginario que me escucha o que al menos... puede comprender incluso cuando me quedo sin palabras. Y saber que quizás todo ahora en adelante será terriblemente oscuro es...lo suficiente para que yo quede desperanzadx, de nuevo en el subterráneo para yo llegar a la conclusión de que todo fue un delirio de mi cabeza hasta convencerme que fuimos reales. ¿No crees que fue un golpe muy bajo? Si supieras...no serías tan injusto conmigo.

Mi corazón está cansado de trabajar horas extras injustamente. De amar tan locamente hasta quedar vacío. Tal vez yo elijo lastimarme de esta manera porque no conozco otra forma de vivir para que después me digan que todo fue mi culpa porque esa es la respuesta que dan. Te dejan llorando solo. Te dejan sin salida. Sin guía. Sin aprendizaje. Con dos caminos posibles: "suéltalo" o "volverá si fue tuyo". Pero ambos son trampas. Son ilusiones para que te comas el discurso, como si fuera así de fácil y ellos quedar como gurús de la vida humana sin conocer tu historia. Prefieren ignorar el backstage concentrándose en el decorado, sin comprender por qué te arrancan las hojas, pero no las raíces y después pretenden que florezcas como una flor bonita pero que no prometen cuidar. Y eso, cariño, eso es el mundo. Esas son las personas. No sus máscaras. No sus fotos bien retocadas. Si no lo que hay dentro. Ellos temen y huyen que los miren. Castigan con escenas, con silencio y violencia, y a mí me toca recibir las bofetadas para seguir alimentando su narrativa simplista, ignorante, ordinaria, robotizada, edulcorada, paupérrima, burdo, tosco, primitivo, contradictoria, intentando convencerse mostrando sus lujos cuando por dentro no están vacíos, sin acceder a su verdadera sabiduría.

Así que no. No eres tú.

El infierno son los demás.

El Duelo del Día de los Muertos - pt.II

    Pienso demasiado. Analizo demasiado. Siento demasiado. De aquellos que dan mil vueltas hasta encontrarle sentido a algo, incluso cuando ...