La humanidad se encuentra extraviada.
La sociedad está deteriorada.
La fe ha desaparecido.
El pensamiento independiente brilla por su ausencia.
Todos son una masa homogénea.
Réplicas de réplicas, persiguiendo placeres momentáneos, prisioneros de sus adicciones, atrapados en ciclos de irresponsabilidad.
¿Y quién soy yo?
¿Un extraño?
¿Debería transformarme en uno de ellos, en un infeliz, en una herramienta del sistema enfermo que prefiere verte en un estado de sufrimiento para poder manipularte y hacerte consumir su mercancía?
¿Por qué piden una solución si en realidad no desean sanar?
Todos están enganchados al sufrimiento, al morbo, a la violencia.
Disfrutan de los conflictos y se nutren de ellos.
¿Y a mí me tildan de enfermo?
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